El futuro ya está aquí
Científicos estadounidenses
preparan un riñón artificial, con filtros de silicio y células vivas, que podrá
ser implantado a los enfermos renales liberándoles de la máquina de
hemodiálisis.
"El sistema es un dispositivo de
bioingeniería y nanotecnológica que combina un hemofiltro de silicio de alta
eficiencia y un biorreactor de células vivas del túbulo renal, elementos
electrónicos y orgánicos que le confieren una función muy similar al del órgano
humano."
Este pequeño riñón
bio-artificial, destinado a tratar la enfermedad renal en etapa final, ofrecerá una nueva esperanza a aquellas personas
cuyos riñones ya no pueden atender las necesidades de su cuerpo y están a la
espera de recibir un trasplante.
“Estamos creando un dispositivo
bio-híbrido que puede imitar al riñón capaz de eliminar suficientes productos
de desecho como para que el paciente pueda prescindir de la diálisis”, señala el
doctor William H. Fissell IV, nefrólogo y profesor del Centro Médico de la
Universidad de Vanderbilt, VU, en Nashville, Tennessee (EE.UU.).El doctor
Fissell codirige el ‘Proyecto Riñón’, junto con el doctor Shuvo Roy,
bio-ingeniero y profesor de la Universidad de California, San Francisco, UCSF,
en EE.UU.
Este riñón artificial implantable quirúrgicamente incorpora un microchip de silicio que funciona como un filtro, así como células renales vivas y según este nefrólogo funcionará bajo el impulso del corazón del paciente, filtrando la corriente sanguínea que lo atraviesa.Llevará componentes biológicos y tecnológicos y será del tamaño de una lata de refresco pequeña o una taza de café, como para que pueda ser implantado en el cuerpo de un paciente.
“La clave de este dispositivo es
su microchip, en el que se utilizan los mismos procesos de la nanotecnología
del silicio, que fueron desarrollados por la industria de la microelectrónica
para los ordenadores y equipos informáticos”, según Fissell.
Los microchips son asequibles, precisos y permiten fabricar unos filtros ideales, de acuerdo a Fissell y su equipo, que actualmente están diseñando los poros de dicho filtro ‘uno a uno’, de acuerdo a la función que quieren que cumpla cada uno de estos orificios.
Utilizarán células renales con
vida que van a crecer sobre y alrededor de los filtros de microchips, con el
objetivo de que puedan emular las acciones naturales de los riñones, de acuerdo
a la Universidad de Vanderbilt.
“Estas células crecerán y
formarán una membrana que será capaz de distinguir qué productos químicos son
nocivos y cuales son beneficiosos, para filtrarlos y que luego el cuerpo pueda
reabsorber los nutrientes que necesita y desechar los residuos de los que
necesita deshacerse”, explica el doctor.
Según sus creadores, este
dispositivo está fuera del alcance de la respuesta inmune, es decir de las
defensas del propio organismo, con lo cual el cuerpo no lo rechaza.
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